El lanzador de 27 años, quien falleció intempestivamente el lunes 1 de julio, había asegurado que, por ser hijo de una mexicana, lo hubiera gustado jugar con la selección en el torneo internacional.
El dominicano regresó a San Luis nueve años después de que fue cambiado a los Angels; el público y el equipo lo recibieron como el ídolo local que sigue siendo.