La agencia libre rumbo a la temporada 2021 de MLB está activa y los Dodgers de Los Ángeles tienen un par de necesidades por cubrir. Sin embargo, la organización podría empezar a pensar un poco más a futuro, especialmente en quién ocupará la posición de cerrador.
Desde 2012, Kenley Jansen se había convertido en el cerrador irrefutable de los Dodgers al cerrar 446 juegos y conseguir 303 salvamentos en 342 oportunidades, lo que significa un 88.6 por ciento de las oportunidades.
Sin embargo, en los últimos dos años no alcanzó a superar el 85 por ciento de las oportunidades quedándose en 80.5 y 84.6 en 2019 y 2020, respectivamente. De acuerdo con métricas de las Grandes Ligas, su cutter ha disminuido su velocidad de 94.0 mph a 90.9 mph en los últimos cinco años mientras el slider bajó de 83.6 mph a 81.6 mph en el mismo lapso.
Sumado a eso, Jansen solamente tiene un último año de contrato con los Dodgers en 2021 a cambio de $20 millones de dólares, por lo que llegará a la agencia libre por segunda vez en su carrera al terminar la temporada, lo que abriría la vacante para ser el lanzador de los Dodgers las últimas entradas.
Con la euforia por los mexicanos Julio Urías y Víctor González, el nombre que inmediatamente suena para tomar el puesto es Roberto Osuna, quien recientemente libró el proceso de waivers de los Astros de Houston para convertirse en agente libre por primera vez en su carrera.
A diferencia de Jansen, los dos lanzamientos principales de Osuna han ido aumentando su velocidad en las últimas tres temporadas completas (2017-2019), con su recta yendo de 94.8 a 96.7 mph y el slider de 86.2 a 88.2 mph.
Incluso ahora, el tema del dinero podría ser un punto a favor de Osuna, quien tenía un contrato proyectado por $10 millones de dólares para 2020, la mitad de lo que cobrará Jansen en el 2021.
Las estadísticas y condiciones ayudarían a que Osuna llegue a los Dodgers, sin embargo, uno de los temas por los que el lanzador ha sido señalado es por la acusación por violencia doméstica que recibió en 2018, misma que le costó ser suspendido 75 juegos. Los Blue Jays de Toronto decidieron no retener a Osuna después del incidente y en pleno cumplimiento de la medida disciplinaria, lo intercambiaron con los Astros de Houston, equipo con el que se convirtió en campeón de juegos salvados en la Liga Americana y jugó la Serie Mundial de 2019.
