Amigo lector de Séptima Entrada es para mi un honor compartir con ustedes ideas y conceptos relacionados al maravilloso mundo del beisbol a partir de este momento.
Quiero hacer un recuento de los momentos claves en el beisbol durante el 2021 y me encontré con muchos; como el bicampeonato de los Tomateros de Culiacán en la LMP; el título de las Águilas Cibaeñas en la Serie del Caribe; la reactivación de la LMB con una temporada atípica de 66 juegos por la pandemia y la gran cantidad de estrellas que jugaron en nuestros diamantes; la inolvidable Serie del Rey con el increíble regreso de los Toros de Tijuana; el banderín de los Bravos de Atlanta tras 26 años de sequía; la fantástica campaña del sonorense Julio Urías con los Dodgers y sus 20 victorias; y uno nada agradable como la desaprensiva actuación de la novena mexicana en los Juegos Olímpicos.
Pero hubo alguien que me llamó la atención por encima de todo y es el japones Shohei Ohtani, “la nueva maravilla del beisbol”.
¿Ustedes cómo le llamarían a alguien que es capaz de batear y lanzar en el mejor beisbol del mundo? Eso es común en el beisbol amateur pero no en el profesional, donde cada jugador tiene su rol bien definido de acuerdo a sus capacidades.
Para mi Ohtani es un fenómeno, una máquina de jugar al beisbol, alguien fuera de serie que ha venido quizás a transformar el juego. El japonés de 27 años fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Americana, gracias a su increíble campaña con el madero y en el montículo.
Además, el nipón recibió la distinción de abrir el Juego de Estrellas por la Liga Americana y aparecer en el orden al bat como bateador designado. Por si fuera poco, finalizó la temporada con el WAR más alto en todo el beisbol entre los bateadores con 9.0.
Tuvieron que pasar 102 años para que surgiera un pelotero capaz de tener esta enorme capacidad de batear y lanzar en La Mayores, nadie lo había logrado desde las hazañas del gran “Bambino” Babe Ruth con los Medias Rojas de Boston en 1919.
¿Ruth vs Ohtani comparación estéril?
A muchos no les gusta la comparación de épocas y jugadores, sin embargo, en ocasiones resulta interesante. Partamos que en aquella Temporada de 1919 el calendario era de 140 juegos en comparación con los 162 de nuestros tiempos.
Ese año Ruth tuvo una inmensa cantidad de juegos a la defensiva en el RF y 1B, en comparación con la poca actividad de Ohtani en el terreno cubriendo el LF y RF, ya que en la mayoría de los juegos el japonés apareció como bateador designado.
Ofensivamente Ruth tuvo un AVG de 322 y lideró los departamentos de: R (110), HR (29), CP (113), OBP (456), SLG (627), OPS (1.114). En pitcheo tuvo los siguientes registros: IP (133), W (9), L (5), ERA (2.97), SO (30).
Por su parte Ohtani a la ofensiva tuvo los siguientes números: AVG .257, R (103), HR (46), CP (100), OBP (372), SLG (592), OPS (965). En la loma de pitcheo logró el siguiente registro: IP (130), W (9), L (2), ERA (3.18).
Hablamos un poco más de un siglo de diferencia entre la época gloriosa del incomparable Babe y la consagración de Ohtani en el 2021, sobra mencionar la diferencia de fuerza, velocidad y físicos entre una y otra, además de lo mucho que ha cambiado el juego, tan diferentes e incomparables son las épocas, que Babe Ruth nunca jugó con peloteros de color, lo cierto es que para Shohei Ohtani debe resultar un auténtico privilegio ser comparado con la máxima figura universal del beisbol algo, que no es poca cosa.
“Revolución en Anaheim”
Seguramente para los inventores del juego no resulta gracioso el hecho que un japonés venga a ocupar el lugar de privilegio entre los fanáticos a la pelota en lugar de uno de los suyos, pero como los norteamericanos y dueños del circo no están peleados con su negocio, han visto con buenos ojos el impacto dentro y fuera del terreno de juego de Ohtani en un mercado tan importante como Los Ángeles.
El beisbol y la industria están cambiando día con día por lo que no sería nada extraño que pronto veamos en el desarrollo de jugadores la dualidad de batear y lanzar al estilo Shohei, porque guste o no, ha venido a revolucionar el beisbol y a ser un auténtico acicate para todos en el “Big Show”.
Agradecido por el espacio con mi admirado y respetado amigo además de colega de muchos años Miguel Boada, a quien tuve el honor de conocer en el inolvidable Parque Deportivo del Seguro Social en la hermosa y apasionante labor de reportero hace ya algunas décadas.