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Los Boston Red Sox añorados de “Big Papi”

La escuadra patirroja escribió una de las historias más grandes que rompió maldiciones, redefinió rivalidades y reescribió su legado
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Durante la primera década del siglo XXI, los Boston Red Sox vivieron una transformación histórica que rompió maldiciones, redefinió rivalidades y reescribió su legado. En el corazón de esa revolución estuvo David Ortiz, conocido como "Big Papi", una figura carismática, poderosa y crucial no solo por su producción en el campo, sino por su presencia emocional en el vestuario y en la ciudad de Boston. Los aficionados al equipo del Estado de Massachussets anhelan un perfil como el de este jugador. No en vano están lejos de luchar por el título cada curso, como así anticipa Betway, la casa de las apuestas de MLB por excelencia.

Volviendo a la historia de Ortiz en los Red Sox, cuando llegó en 2003, procedente de los Minnesota Twins, no estaba claro que se convertiría en una leyenda. Sin embargo, bastó poco tiempo para que su impacto fuera innegable. Con un swing zurdo devastador y un don especial para los momentos más críticos, Ortiz se consolidó como uno de los bateadores más temidos de su era. Fue en la postemporada donde Big Papi realmente construyó su mito, convirtiéndose en sinónimo de clutch: el tipo que uno quiere al bate cuando el partido y la temporada están en juego.

El punto de quiebre fue la temporada de 2004, cuando los Red Sox lograron lo impensado: remontar una serie 0-3 contra los Yankees en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, una hazaña nunca antes vista en la historia de las Grandes Ligas. Ortiz fue la chispa y el motor de aquella remontada, conectando hits decisivos en partidos consecutivos y liderando emocionalmente a un equipo que se negaba a rendirse. Posteriormente, Boston arrasó con los St. Louis Cardinals en la Serie Mundial, terminando con 86 años de frustración desde su último título en 1918. La "Maldición del Bambino", que había perseguido al club desde la venta de Babe Ruth a los Yankees, se evaporó ante el poder y la determinación de Big Papi y compañía.

Pero Ortiz no fue una historia de un solo campeonato. Bajo su liderazgo, los Red Sox ganaron tres Series Mundiales en 2004, 2007 y 2013. Cada una tuvo su propia identidad, pero todas compartían un elemento en común: el bate de David Ortiz. En 2013, ya veterano, Ortiz ofreció quizás su actuación más espectacular, bateando .688 en la Serie Mundial contra los Cardinals y siendo elegido MVP de manera indiscutible.

Más allá del campo, Big Papi se convirtió en un símbolo de la ciudad. Su famoso discurso tras el atentado del maratón de Boston en 2013, capturó el espíritu de una comunidad golpeada, y reafirmó su rol como figura central en la vida de los bostonianos. Su autenticidad, energía y conexión con los fans trascendieron el juego.

David Ortiz no solo ayudó a devolver la gloria a los Red Sox. Transformó una franquicia marcada por el sufrimiento en una dinastía respetada, inspiró a generaciones de jugadores y se ganó un lugar eterno en el corazón del béisbol. Su legado vive en Fenway Park, donde su número 34 está retirado, y en la memoria de quienes presenciaron la era dorada de los Red Sox de Big Papi.

Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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