A pocos días para que arranque la pretemporada, la Gerencia Deportiva de los Venados de Mazatlán dio a conocer que Paola Lizárraga, de 24 años, será la fisioterapeuta del equipo de cara a la Temporada Caliente.mx 2019-2020.
Con esto, Venados se convierte en el primer equipo dentro de la pelota profesional de invierno en México, en posicionar a una mujer dentro del cuerpo técnico.
Paola viene de una familia 100 por ciento beisbolera, es sobrina del ex receptor Eliseo Garzón, y a pesar de que en su casa son dos mujeres, a ellas se les inculcó el amor por el deporte.
En agosto de 2016, durante el servicio social de la carrera en Terapia Física, estuvo en una clínica involucrada en el deporte, de hecho trabajó de forma directa con el equipo de basketball, Náuticos.
Durante ese tiempo, le gustó trabajar con profesionales y la responsabilidad que eso conlleva: “al inicio le dio miedo, pensaba en qué iba a hacer si se lesionaba ¿qué voy a hacer? ¿y si es un atraso para el equipo? El miedo y la adrenalina siempre está presente, hubo situaciones donde me comencé a quedar sola, donde la responsabilidad cayó sobre mí, pero con el tiempo el miedo se fue”.
Ese mismo año, el lanzador zurdo Alejandro Soto llegó operado de rodilla y codo, pasó mucho tiempo en la clínica por su rehabilitación, fue ahí donde inició su relación con el equipo de beisbol.
“Los pitchers son más cuidadosos. A pesar de que realizan el mismo movimiento repetitivo, esto crea tensión muscular, inflamación e irritación del tendón, ellos fueron los primeros que comenzaron a llegar a la clínica”, explicó Paola.
El año siguiente, tuvo una visita inesperada que también se acercó a la clínica por recomendación. José Luis Urquidy llegó tras su cirugía de codo derecho en Estados Unidos, el objetivo con él era que su brazo ganara movilidad, fuerza muscular y elasticidad, pues venía de Houston muy rígido y limitado en cuanto a sus movimientos.
“En el caso de Urquidy, sentí algo muy bonito cuando vi su debut en Grandes Ligas no solo por ser mazatleco, sino por todo el proceso que vivimos con él, su recuperación.
“Un pelotero vive de su cuerpo, entonces cuando llegan a la fisioterapia y comienzas a trabajar con ellos, tienes que explicarles todo y conforme van viendo que hay resultados comienzan a confiar más en ti. Es cuestión de que te conozcan”.
En el 2018, Paola trabajó con algunos jugadores como Mitch Lively y Anthony Giansanti, quienes asistían a la clínica única y exclusivamente por sus servicios, de esta forma ella afianzó una relación de confianza hasta convertirse en una parte indispensable en la rehabilitación de los jugadores.
Hoy esa oportunidad se ha cristalizado: “involucrarte 100 por ciento en todo su proceso, desde entrenamientos, trabajos de gimnasio, prácticas de bateo, ya verlos directamente, ayudarlos en calentamiento y estiramientos, eso es lo que más me motiva, voy a ver las cosas de primera mano”. Séptima Entrada.