En el béisbol, un juego sin hit ni carrera es una de las hazañas más difíciles de conseguir por todo lo que implica. Sin embargo, en 1938, Johnny Vander Meer lo consiguió una vez, y sólo por amor, para demostrarle a su novia la importancia de lo que había logrado, lo volvió a hacer cuatro días después.
El 11 de junio de 1938, apenas en su segunda temporada lanzando en las Grandes Ligas, Vander Meer sólo necesitó de 88 lanzamientos para completar su primer No-Hitter con los Reds de Cincinnati, una tirilla que pasó a la historia con tres pasaportes y cuatro ponches.
Cuando Vander Meer le contó a Lois Stewart, su novia, quien no estuvo en el parque la noche de la hazaña, ella no entendió la magnitud del juego; por eso, cuando los Rojos estaban de visita en en Nueva York para jugar contra los Dodgers de Brooklyn, le dijo a Lois que se quedara esa noche y él volvería a lanzar un juego sin hits para que lo pudiera entender.
Entonces sucedió.
Aunque dio ocho pasaportes, el 15 de junio Vander Meer lanzó su segundo No-No maniatando a los Dodgers con 86 lanzamientos. Los Reds ganaron 6-0 en el primer juego nocturno en la historia del Ebbets Field.
Hasta ahora, ningún lanzador ha podido igualar la hazaña. En 2011, Justin Verlander lanzó un juego sin hit ni carrera ante los Blue Jays, y en su siguiente salida, el 13 de mayo, estuvo a diez outs de igualar el hito, pero el dominicano Melky Cabrera rompió los dos ceros con un triple.